Durante mucho tiempo se ha creído que la maduración cerebral se producía sobre los siete años. Además, al pensar en educación emocional pocas personas lo relacionan con la psicomotricidad. Sin embargo, el estudio del cerebro humano por parte de la neurociencia ha demostrado que aunque la plasticidad cerebral es mayor desde el nacimiento hasta los siete años. El cerebro continúa siendo plástico durante toda la vida. Por último, la maduración cerebral es la explicación de muchos de los comportamientos en niños.
Psicomotricidad para la maduración emocional
El lóbulo frontal es la parte más extensa del cerebro humano. Además, genera una gran número de investigaciones por parte de la neurociencia. En ella se encuentra la corteza pre-frontal. Esta corteza tiene una enorme influencia en la conducta humana, el desarrollo de la personalidad y la adquisición de aprendizajes.
Es la zona encargada de coordinar la información que viene de todas las áreas del cerebro. Sin embargo, su desarrollo biológico es más lento que el resto de áreas cerebrales alcanzando su maduración plena sobre los treinta años.
Esta situación tiene una enorme influencia en el desarrollo de los procesos de aprendizaje y el comportamiento del niño. Al ser la última zona del cerebro en desarrollarse provoca un desfase que lleva consigo dificultades de los niños y adolescentes en determinadas situaciones sociales y en la resolución de operaciones cognitivas complejas.
El lóbulo frontal es el encargado de gestionar lo que conocemos como funciones ejecutivas. Estas funciones serán las encargadas de tomar decisiones, concentrarse o regular las emociones.
El desarrollo biológico se produce mucho antes que el de las funciones ejecutivas y este desfase entre el desarrollo del cuerpo y la mente es el responsable de explicar las conductas impulsivas y el aumento de las conductas de riesgo durante la adolescencia. Esta es la razón por la que la conducta del niño va mejorando conforme crece porque va madurando está región del cerebro. Es decir la educación emocional tiene mucho que ver con el movimiento.
Psicomotricidad y la mejora del comportamiento
El estudio realizado por el neurocientífico Davis,C. y su equipo (2011) demostraron a través de imágenes por resonancia magnética que la práctica motriz de 20 a 40 minutos diarios activaba y hacia madurar el lóbulo frontal del cerebro. Los niños de 7 a 11 años sobre los que se realizó el estudio no solo mejoraban en sus resultados académicos, sino que, además, mejoraban en su conducta.
Padres y educadores deben conocer que la maduración cerebral es un factor muy importante en las conductas disruptivas del niño. Es normal que este muestre hipersensibilidad e incapacidad de gestionar su frustración ante críticas o situaciones que a un adulto le parecen insignificantes. La psicomotricidad es una herramienta muy importante para la educación emocional del niño.
Conocer el desarrollo neurológico del niño puede hacer a padres y educadores relativizar determinadas conductas sabiendo que la reacción del niño puede ser normal pero que deben mantenerse firmes como responsables que son de su educación.
Sin embargo, también deben ser cocientes de la responsabilidad de fomentar en el niño la actividad física para la maduración de una región del cerebro imprescindible en la gestión de sus emociones.